¿Qué pasó?
En el contexto de la polémica surgida por la decisión del Sindicato de Futbolistas (SIFUP) de promover un paró a nivel nacional que, en la práctica, tiene en duda el reinicio del fútbol profesional en abril próximo, los clubes de la Primera B alzaron la voz y exigieron un trato justo en la organización del torneo 2021.
¿Qué dijeron?
Los clubes de la B firmaron una declaración pública titulada “La única verdad”. Allí explican que existiría una “campaña comunicacional” orientad a victimizar a los equipos de la Segunda División del fútbol profesional, donde se sindica como responsables de esta situación a la ANFP y a la Primera B.
¿Cuál es la explicación?
Según la declaración, los hechos se remontan al año 2019, cuando en el contexto del surgimiento de la pandemia en marzo de aquel año y el término anticipado de los campeonatos de primera A y B, así como también de la Segunda División, los clubes tomaron acuerdos que los afectaron a todos por igual. Por ello, ahora la Primera B exige que la solución se igualmente compartida por todos los clubes.
¿Dónde está el conflicto?
La versión que entrega esta declaración pública es que en 2019 no hubo ninguno de los descensos acostumbrados de otros años en todas las divisiones del fútbol profesional. Pero los clubes de la B hacen notar que para ellos “la situación fue muy distinta, pues si bien es cierto, en la temporada 2019 no sufrió el único descenso tradicional, en la temporada 2021 ya no tendrá sus dos ascensos acordados, por el contrario, solo uno directo y otro a jugarse en cancha con un equipo de Primera División (con la misma o peor desventaja deportiva que alega la Segunda División). Y además, deberá enfrentar su acostumbrado descenso directo, pero también podría exponerse a un probable segundo descenso, en una circunstancia absolutamente inédita para la categoría”.
¿Cuál es la conclusión?
Los equipos de Primera B subrayan que ellos fueron los “más golpeada por la solución buscada a los hechos de 2019 y, es sorprendente, que las voces escuchadas pretendan incrementar aún más este perjuicio y evidente injusticia, pues se nos quiere obligar no sólo a renunciar a un ascenso sino que además a aceptar dos descensos directos, y dejar a la Segunda División lejos de toda colaboración o solidaridad en la búsqueda del retorno a la normalidad. Todo esto sin contar que los tres elencos de Primera División descendidos en el último torneo tendrán doble castigo: sufrieron por un descenso extra y ahora tendrán un ascenso menos”.
¿Qué plantea la declaración?
En la parte final del texto se indica lo siguiente: “Los clubes firmantes reafirmamos nuestro compromiso de colaborar en la vuelta a la normalidad para disputar los campeonatos, pero no estamos dispuestos a que el costo mayor sea asumido –como históricamente suele ocurrir- por la Primera B y que los clubes de Segunda División no realicen aporte alguno asumiendo una actitud intolerable, injusta y arbitraria de falsa víctima”.