No cabe duda de que este año 2020 que está por terminar será recordado como un año complejo y plagado de incertidumbre, no solo en lo que dice relación con el fenómeno de la pandemia que ha alterado todo lo que conveníamos era “normal”, afectando nuestras vidas en lo social, lo afectivo y, por cierto, en lo económico, ya que la crisis sanitaria también se ha transformado en una crisis económica a nivel mundial de la que muy probablemente costará varios años recuperarse.
Así al menos lo establecen los analistas y expertos, quienes desde mediados del año han ido ajustando las proyecciones de crecimiento, tanto a nivel mundial como local, en función de la volátil e impredecible evolución del Covid-19, lo que hace más complejo aún determinar los posibles impactos de esta en los agregados macroeconómicos más relevantes: inflación, empleo y crecimiento y, por ende, en el bienestar general de las familias que conforman su sociedad.
En el caso chileno, el último informe emitido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicado a mediados del presente mes, nos da luces claras y objetivas de lo que se espera sea el devenir de nuestra economía, pues al contrastar las proyecciones con el informe anterior, emanado en julio, se observa un ajuste al alza respecto a la contracción del PIB al cierre de este histórico 2020, en que inicialmente se proyectaba una variación -7,9%, mientras que ahora sería de -6%; adicional a esto, y respecto a la proyección sobre el próximo año, el incremento estimado ascendería a +5%.}
Comparativamente, estas cifras superan a la gran mayoría de otras economías pertenecientes a esta región, cuyo promedio 2020 sería de -7,7%, y 2021 de 3,7%; por ejemplo, Perú arroja cifras de -12,9% y +9%, Argentina -10,5% y +4,9%, Ecuador -9% y +1%, Colombia -7% y +5%, y México -9% y +3,8% (para 2020 y 2021, respectivamente).
De acuerdo con el reporte, en el caso de nuestro país, las razones que explican esta mejora se fundarían en el incremento no esperado del precio del cobre (que se estima mantendrá valores altos durante el próximo año), y el retiro de los fondos de pensiones, por lo que el informe de CEPAL recalca la necesidad de mantener las políticas económicas tanto fiscales como monetarias en una senda expansiva, de manera de reforzar la reactivación económica.
Con todo, y al igual que las proyecciones de otros organismos, analistas e instituciones, no debemos perder de vista que estas cifras se sustentan en ciertos supuestos y expectativas en torno a la senda que seguirá la pandemia, por lo que toda vez que tengamos nuevos escenarios gatillados por los rebrotes (con las consiguientes fases de confinamientos y desconfinamiento), la aparición de nuevas cepas, así como los efectos de las vacunas tanto en su efectividad como en el proceso de inoculación de la población podrían alterar (de manera positiva o negativa) estas estimaciones .
