La iniciativa “Poéticas, memorias y territorios que sanan”, impulsada por Tierra de las Artes, dejó talleres, relatos y un códice colectivo que invita a seguir escribiendo desde la memoria y el territorio.

¿En qué consistió la residencia?
Entre el 20 y 27 de agosto, el poeta y profesor mapuche Bernardo Colipán lideró una serie de cinco talleres gratuitos en Panimávida, abiertos a la comunidad. La propuesta buscó conectar la escritura con la memoria, la sensorialidad y la cosmovisión mapuche, desde un enfoque vivencial y participativo.
¿Qué elementos distintivos tuvo la experiencia?
Uno de los momentos más significativos fue la presentación del Kamishi Piam, inspirado en la técnica japonesa del kamishibai, donde Colipán compartió relatos sobre las aves y los insectos del Wallmapu, vinculándolos con conceptos del Mapuche Rakizuam (pensamiento mapuche) como el senti/territorio, el nosotrxs y el Wallme como red de vida.
¿Qué resultados dejó para la comunidad?
El proceso culminó con la creación de un Códice colectivo, concebido como un “libro infinito”, que reunió las vivencias y reflexiones surgidas en los talleres y que podrá seguir creciendo en futuras instancias de escritura y memoria compartida.
¿Qué otros hitos marcaron la residencia?
Durante su estadía, Colipán conoció el arte del crin de Rari, participó en una ceremonia de ofrenda a la tierra junto a representantes de la Nación Q’ero del Perú y compartió aprendizajes desde el respeto y el afecto, generando un intercambio intercultural de saberes.
¿Quiénes hicieron posible esta iniciativa?
La residencia fue organizada por Tierra de las Artes y Caleidoscopio Lab, con el liderazgo del escritor Carlos Aguilar, y se enmarca en el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC) 2025 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Desde el equipo organizador expresaron: “Nos llevamos cada historia y enseñanza, reafirmando la fuerza del arte y la memoria como caminos para sanar y crear comunidad”.








